El primer hecho ocurrió sobre Edmundo D’Amicis, donde un hombre que aparentemente esperaba por estupefacientes dentro de un Chevrolet Corsa fue sorprendido por un sicario que lo atacó a balazos. Según testigos, un cómplice lo rescató en otro vehículo y ambos escaparon a toda velocidad. La víctima, pese a la gravedad del ataque, sobrevivió.
Pero el horror no terminó ahí. Días después, y sin presencia policial ni operativos que contengan la escalada criminal, la zona volvió a ser escenario de una nueva tragedia: un joven —presuntamente vinculado al narcomenudeo— fue ejecutado en Pablo Cáceres y Colonia Monte Grande, una esquina identificada por vecinos como punto habitual de venta de paco.
Fuentes extraoficiales y vecinos indignados aseguran que se trataba de un “soldadito”, una pieza menor en la cadena del narcotráfico, víctima de una guerra que ya se cobra vidas a plena luz del día. Este jueves, un grupo de residentes se presentó en la Fiscalía de Lomas de Zamora para denunciar la serie de episodios violentos que han convertido al barrio en una zona completamente inhóspita.
Los videos que registran las detonaciones circulan por redes sociales y grupos vecinales como prueba de un conflicto que ya nadie se molesta en ocultar. En cada balacera, la comunidad se ve obligada a interrumpir sus rutinas, resguardándose del fuego cruzado como si vivieran en una zona de guerra.
A pesar de la gravedad de los hechos, ni la Policía, ni autoridades municipales ni la Justicia parecen actuar con eficacia frente al avance de estas organizaciones criminales, que operan con total impunidad, marcando el ritmo de la vida diaria en los barrios del conurbano sur